miércoles, 17 de abril de 2019

La construcción de la imagen




El concepto de nuestra propia imagen es algo que venimos desarrollando desde que somos niños: y tiene que ver con:
-          Conocimiento de nosotros mismos: Las creencias y las ideas que tenemos.
-          Autoconcepto: La descripción que tenemos sobre nosotros.
-          Estereotipo: Grupo social al que creemos que pertenecemos por una serie de características.
Con estos conceptos podemos saber qué imagen tenemos de nosotros mismos, cómo nos valoramos y si estamos a gusto con nosotros mismos o no.
Pero hay muchos factores externos que nos influyen en el concepto de nuestra propia imagen como por ejemplo, el desarrollo físico, los cambios que nos produce el cuerpo durante la pubertad. Aspectos de nuestra personalidad: La autonomía, autoestima, seguridad.
Otro rasgo que nos influye son los cánones de belleza que tiene la sociedad y a partir de ellos nos clasificamos aunque no deberíamos hacerlo. Estos cánones han ido cambiando mucho con los años. En la antigüedad el símbolo de belleza eran las curvas y la piel blanca como la porcelana. Hoy en día, lo más deseado es tener la piel más oscura y cuerpos más delgados.
También influye mucho la manera en la que nos han tratado otras personas, o si nos han sucedido hechos que nos han quedado marcados. Por ejemplo: Enfermedades, abusos, experiencias dolorosas del cuerpo, fracaso en alguna actividad, todo esto hace que las personas sean conscientes sobre su apariencia física o sobre sus capacidades.

En la etapa de la adolescencia es donde el chico o la chica se hacen más preguntas sobre sí mismo y a través de estas preguntas les aumenta o disminuye la autoestima, modificando la imagen que tienen sobre ellos.
Se da más importancia a la imagen ya que se va despertando el deseo sexual y su preocupación por ser aceptado por el resto de personas.
Esta etapa es la más peligrosa ya que se pueden sufrir diferentes trastornos alimenticios provocados por la obsesión de la imagen por lo que es importante que la familia evite que la sociedad pueda influir excesivamente en sus hijos, por ejemplo, el grupo de amigos, la escuela o la televisión.




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